jueves, 26 de noviembre de 2009

Alterando la verdad

¿Qué es mentir? Si tomamos como punto de referencia que mentir es no decir la verdad, tendríamos que plantearnos si cualquier omisión de la verdad puede ser considerada como mentira, en ese caso, todos somos culpables en menor o mayor grado.

¿Mentir esta mal? No sé, la verdad, quizás depende en parte del emisor, el receptor y el contenido de la mentira, pero si el individuo que miente cree que esta diciendo la verdad ¿es un mentiroso?.

Existen lo que denominamos como mentiras piadosas, engañar a alguien con la intención de causar un mal menor mintiendo, que diciendo la verdad. ¿Realmente estamos causando un mal menor? Hay cosas que no se deberían ocultar.

Es difícil mentir, pero con el paso de los años le hemos cogido el gusto a esta forma de verdad condicional, por supuesto hay condiciones que influyen en la dificultad del engaño, por ejemplo, el tipo de relación con el engañado.

Ah! Si, quizás hable en un futuro de la traición, curiosa cualidad del ser humano con la cual, reduce drásticamente la confianza que depositamos sobre el. Aunque no lo creáis, hay mentiras que queremos creer.

La carga que recae sobre nuestros hombros cuando mentimos, es exponencial al tamaño del embuste y al número posterior que vamos a tener que soltar antes de que el engañado se de por satisfecho con nuestra particular versión de la verdad.

Se dice erróneamente que se piílla antes a un mentiroso que a un cojo, tengo un amigo cojo y os aseguro que corre menos que yo. . .

¿Para qué engañarnos…? (curiosa frase..) Pues es fácil, para ser felices! Nos engañamos a diario sin ayuda de nadie, claro, sabiendo por donde coger al toro entra una y detrás de otra…

En definitiva, no es malo mentir un poquito para mejorar nuestra calidad de vida, siempre y cuando podamos tomar un alto en el camino y ser capaces de discernir nuestra verdad de la realidad.

Eso sí, es como un castillo de naipes, te quitan uno y no veas la que se te viene encima.

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