Si la felicidad fuera,
despertarse sonriente,
ver el alba, estirarse
y pensar en ti, sería
un hombre feliz.
Por la mañana me levanto,
voy andando a coger
el siete, ese cómplice de
mis diabluras, confidente,
viejo siete, sabes más
de mi que yo.
Dos veces al día me
haces dudar, si esa
chica es de verdad.
Viejo siete, día a día
me recuerdas, que la vida
son dos días y hay
que disfrutar, tengo
que perdonar y vivir
de verdad, que la vida
son dos días; le veré
hablaré con el y adiós.
No le volveré a ver,
a muchas cosas por el
renuncié, incluida mi
felicidad, pero adiós,
te perdono de verdad
pero sal, ella me ha
abierto los ojos, adiós.
Que romantico Tasadar, me gusta mucho tu poesia.
ResponderEliminarAunque es bastante triste, te das por vencido Vampiro.
Besitos.