miércoles, 24 de febrero de 2010
Progreso onírico
jueves, 18 de febrero de 2010
Noches de verano
He descubierto que añoro las noches de verano, no el verano en sí, sino sus noches, las vivía como la cenicienta, pero al revés, al tocar la doceava campanada despertaba algo en mi, empezaba a vivir, sin el calor de la mañana, sin la luz del sol ni sus habitantes, se me abrían las puertas a un nuevo mundo nocturno, en el que podía dar rienda suelta a mi creatividad, pensar, leer un poco u ociar, todo esto con el silencio de la noche y la luna como compañera, que a parte de alumbrar daba otras cosas, como intimidad, inspiración y algún que otro tema de conversación.
Siempre me he preguntado el porqué de las noches de verano, no siempre han sido así, sé que no es por el calor o la época, tampoco por las festividades, puesto que, si así fuese, podría experimentar esa misma sensación los fines de semana, semana santa, semana blanca, mi semana blanca malagueña de la que pronto voy a disfrutar un año más, pero no, todas estas fiestas carecen de la magia característica de las noches de verano.
Aunque creo que este año, la semana blanca será diferente, al menos en parte, esa magia de las noches de verano me acompañará en febrero, incluso nevando, puesto que no esta imbuida en el clima, la época o las festividades, es algo que simplemente esta ahí, presente, en todas partes.
jueves, 11 de febrero de 2010
No penseis,
Para qué mentir, me paso todo el día pensando, depende de la cirscunstancia en distintas cosas, mis días preferidos son los nublados, como esta mañana, pues luego sale el sol y disipa tus dudas, las evapora como el rocio de la mañana.
Es mágia, pero es así, cada mañana es un día nuevo, que ayer lloviera no quiere decir que hoy pase lo mismo.
Si... pienso demasiado, pero solo así me doy cuenta de que cambiaría día a día, para que cada amanecer, sea mas resplandeciente que el anterior, y esto pasa, incluso en días nublados.
jueves, 4 de febrero de 2010
El niño que soñaba
un caballo de cartón.
Abrió los ojos el niño
y el caballito no vio.
Con un caballito blanco
el niño volvió a soñar;
y por la crin lo cogía ...
¡Ahora no te escaparás!
Apenas lo hubo cogido,
el niño se despertó.
Tenía el puño cerrado.
¡El caballito voló!
Quedóse el niño muy serio
pensando que no es verdad
un caballito soñado.
Y ya no volvió a soñar.
Pero el niño se hizo mozo
y el mozo tuvo un amor,
y a su amada le decía:
¿Tú eres de verdad o no?
Cuando el mozo se hizo viejo
pensaba: Todo es soñar,
el caballito soñado
y el caballo de verdad.
Y cuando vino la muerte,
el viejo a su corazón
preguntaba: ¿Tú eres sueño?
¡Quién sabe si despertó!
Sencillamente genial, me encanta, me gustaría compartirla con vosotros, no he encontrado el autor por niguna parte, una lastima, es genial.